Airelles Courchevel, una flor en la nieve
Tectona les invita a la encantadora atmósfera de Airelles Courchevel, joya de la hotelería francesa, galardonada con cinco estrellas y la prestigiosa denominación "Palacio de montaña". Construido a 1850 metros de altitud, en el corazón del Jardín Alpino y su bosque de píceas, el palacio parece directamente sacado de un cuento fantástico que se desarrolla en un castillo austro-húngaro del siglo XIX. Flanqueado de torres y torrecillas, esta gema arquitectónica se distingue por sus fachadas adornadas de frescos pintados con tonos pasteles, y embellecida de balcones y terrazas de madera minuciosamente talladas con florituras.
El invierno, la bella estación
Abierto durante cuatro meses al año, el palacio se despierta en diciembre rodeado de la inmaculada blancura de la nieve invernal. Al salir el sol, ¿quiénes serán los dichosos elegidos para dejar, antes que nadie, sus huellas sobre las pistas aún vírgenes? Este refinado placer es uno de los varios privilegios ofrecidos por Airelles Courchevel, así como lo es recorrer los majestuosos senderos de montaña en un trineo llevado por un equipo de perros entrenados, o bien deambular las calles de Courchevel al rítmico paso de los caballos mientras se está bien abrigado a bordo de una tradicional calesa.
Fundado en 1992 por Raymonde Fenestraz, el hotel fue transformado en 2007 por el arquitecto de interiores, Christophe Tollemer. Su atmósfera, tanto cálido como elegante, sublima el espíritu de una "casa de invierno" para la cual cada detalle ha sido dotado de un refinamiento extremo. La elección de los materiales nobles, trabajados por los más grandiosos y talentosos artesanos de Europa, otorga al alma la sensación de estar alojándose en un exquisito escenario dedicado plenamente a la belleza y la excelencia.
La colección 1800 a su imagen
Naturalmente, la colección 1800 de Tectona ha amenizado los balcones y las terrazas del hotel, además del lujoso spa de La Mer. Su diseño clásico se destaca por la modernidad de los colores y diseños de los tejidos que recubren los cojines de sus sillones y los colchones de sus tumbonas. Una elección inspirada que está en armonía tanto con el entorno de las terrazas como con la intimidad de los balcones, e incluso con la sensación de bienestar del spa.